5 estrategias que debes conocer para controlar la ira de tu adolescente

Autor: Dra. Lucy Russell

La ira es una emoción que puede desafiar incluso a los padres más expertos, y yo comprendo esta lucha de primera mano. Como profesional con años de experiencia trabajando con familias, he sido testigo del impacto de la ira incontrolada y sus efectos en cadena en la dinámica familiar. Las batallas dentro del hogar pueden ser abrumadoras y paralizantes.

Contrariamente a la idea de que los arrebatos de ira deberían disminuir con la edad, es importante reconocer que dominar la ira y la frustración es una habilidad que continúa desarrollándose hasta bien entrados los veinte años.

La prevalencia de problemas de ira entre niños y adolescentes es alta, lo que subraya la necesidad constante de que los padres reciban apoyo con estrategias e intervenciones efectivas.

En la primera sección de este artículo veremos cómo comprender los problemas de ira de su hijo.

En la segunda sección, describiré las estrategias que utilizará:

  1. Adaptar el entorno
  2. Activadores preventivos
  3. Entrenador de habilidades de regulación de emociones
  4. Gestione el comportamiento de forma eficaz mediante estrategias proactivas
    a) Consistencia
    segundo) perseverancia
    c) Simplicidad
    d) visuales
  5. Busque ayuda profesional cuando sea necesario

Criar a adolescentes enojados

Criar a adolescentes enojados requiere grandes dosis de empatía y calidez.

Pero cuando te excitas, esto es lo último que te apetece hacer.

Si puede, trate de separar sus propias emociones del enojo de su hijo.

Trate de descubrir a qué se debe el enojo de su hijo adolescente para ellos. Comprenda que el manejo de la ira en los adolescentes no es algo natural. Los adolescentes desarrollan la capacidad de manejar sus emociones con el tiempo, con práctica y, a veces, con un poco más de entrenamiento y ejemplo por su parte.

A menudo, la ira en los adolescentes es una máscara para otras emociones. Podría ser ansiedad, tristeza o inseguridad. La ira se convierte en una armadura. El primer paso en el manejo de la ira en los adolescentes es ayudar a su hijo a descubrir los sentimientos subyacentes. Intenta etiquetarlos, con una buena dosis de empatía. Por ejemplo, “Creo que suenas enojado conmigo, pero en realidad estás triste porque no te invitaron a la fiesta. Yo sentiría exactamente lo mismo”.

Los adolescentes desafiantes pueden ser un desafío. Sin embargo, su desafío a menudo surge de su lucha por expresarse. Están poniendo a prueba sus límites, buscando la independencia. Navegar por este proceso es una parte fundamental del crecimiento y la salud mental positivos de los adolescentes.

Aborde siempre los problemas de conducta de los adolescentes con una estrategia. La comunicación constante es fundamental. Haga espacio para diálogos abiertos. Exprese sus inquietudes y expectativas con claridad, pero recuerde que sus opiniones también importan. Escuche activamente sus puntos de vista.

Tenga en cuenta que cada conflicto entre padres y adolescentes es una oportunidad. Es una oportunidad para comprender mejor su mundo, guiarlos y generar confianza. Sí, el conflicto es estresante, pero también puede ser un trampolín hacia una mejor comprensión y comunicación. Su relación con su adolescente poder fortalecerse a partir de esta experiencia.

El desafío a menudo radica en distinguir entre el comportamiento típico de un adolescente y los signos de problemas más graves. Déjame guiarte a través de mi sencillo enfoque sobre la ira adolescente.

Estrategias para apoyar a su adolescente con problemas de ira

Hay cinco áreas a considerar al abordar los problemas de ira en los adolescentes, en orden de importancia:

1. Adaptar el entorno

A menudo uso la analogía de una taza. Cada uno de nosotros tiene su propia taza que se llena de diferentes factores estresantes. Las tazas de la mayoría de las personas están llenas aproximadamente 1/3 de «factores estresantes de la vida normal» (por ejemplo, trabajo, escuela, cocina, lavado, finanzas, etc.). Sin embargo, los acontecimientos de la vida pueden hacer que nuestras tazas se llenen cada vez más.

Si bien muchos adultos jóvenes soportan el peso de los «factores estresantes de la vida normal», como la escuela, las amistades y el descubrimiento de sus identidades, hay aquellos cuyas copas se llenan a un ritmo más rápido. Las presiones de los exámenes, las expectativas de los compañeros y la intensa emoción del crecimiento pueden hacer que algunos se desborden en forma de arrebatos de ira, lo que pueden parecer rabietas.

Pero recuerda, tu vaso antiestrés también es importante. Para apoyar a su adolescente, asegúrese de practicar el cuidado personal, controlar sus sentimientos de ira y aprovechar formas saludables de afrontar la situación. Recuerde, cada adolescente reacciona de diferentes maneras y, mientras lo miran, es esencial mostrarles paciencia y comprensión. Si le resulta difícil mantener la calma con su hijo, lea mi artículo con consejos útiles para mantener la calma.

Pero, ¿cómo podemos adaptar el entorno de nuestros adolescentes para ayudar a controlar y prevenir el estrés?

  • Espacios seguros: Así como nosotros, los adultos, a veces necesitamos un retiro del mundo, también lo necesitan nuestros adolescentes. Asegúrese de que su adolescente tenga un espacio personal y privado en su casa donde pueda relajarse. Este podría ser su dormitorio, adornado con sus elementos reconfortantes favoritos, o un rincón tranquilo dedicado a la relajación.
  • Canales de comunicación abiertos: Asegúrese de que haya un entorno propicio para el diálogo abierto en su hogar. Consulte periódicamente con su hijo adolescente, no con la intención de entrometerse, sino para comprender genuinamente sus sentimientos. Si saben que pueden hablar con usted sobre cualquier tema sin juzgarlo y expresar su enojo de manera segura, es más probable que se sinceren sobre sus factores estresantes.
  • Rutinas y límites: Los años de la adolescencia están llenos de imprevisibilidad. Si bien los adolescentes pueden resistirse a las rutinas estrictas, tener una estructura básica les proporciona una sensación de seguridad. Esto podría implicar horarios constantes para comer, horas de estudio e incluso un “tiempo familiar” designado.
  • Limitar la sobreestimulación: Si bien la tecnología tiene muchos aspectos positivos, también puede ser una fuente importante de estrés. Establecer zonas o períodos libres de tecnología puede ayudar a los adolescentes a desconectarse y reducir la sobrecarga sensorial que a menudo acompaña al uso constante de dispositivos.
  • Actividad física: Fomente pasatiempos que impliquen esfuerzo físico, ya sea deporte, baile o simplemente paseos regulares. La actividad física no sólo es una forma fantástica de liberar la energía reprimida, sino también un método comprobado para reducir el estrés.
  • Fomentar salidas creativas: La pintura, la escritura, la música o cualquier forma de expresión creativa pueden ser terapéuticas. Estos medios ofrecen a los adolescentes una forma de procesar sus emociones, proporcionando un amortiguador antes de que la “taza” se desborde.
  • Colaborar con la escuela para garantizar un entorno de estrés mínimo: La escuela, como parte importante de la vida diaria de un adolescente, desempeña un papel fundamental a la hora de determinar sus niveles de estrés. Cuando el entorno educativo es el principal factor estresante, no se trata sólo de ayudar a nuestros adolescentes a sobrellevar la situación; se trata de abordar la causa raíz. Como padres, podemos defender a nuestros hijos, asegurándonos de que se sientan seguros, comprendidos y cuidados en la escuela. El primer paso es establecer una relación con profesores, consejeros y la dirección escolar. Haga todo lo posible para abordar cualquier inquietud que pueda tener de manera constructiva.

Obviamente, ser un defensor de su hijo adolescente no significa abarrotar la escuela con exigencias. Se trata de colaboración. Trabaje junto con educadores, otros padres e incluso estudiantes para fomentar un ambiente escolar que promueva no solo la excelencia académica sino también el bienestar integral de cada adulto joven que camina por sus pasillos.

2. Prevenir los desencadenantes

Cada adolescente con problemas tiene desencadenantes únicos. Algunos pueden ser tan simples como el hambre o el agotamiento, mientras que otros pueden deberse a cambios en la rutina o el entorno.

Dedique algún tiempo a observar, tal vez llevar un diario y, por supuesto, charlar con su adolescente tanto como sea posible.

El trabajo detectivesco dará sus frutos.

Por ejemplo, cuando su hijo adolescente regresa a casa de la escuela, ¿muestra signos de depresión o de mayor ira? Estos comportamientos podrían ser señales de alerta.

¿Podría estar relacionado con cuestiones como los conflictos entre pares, el aislamiento social o los desafíos de adaptarse a unas mayores exigencias académicas?

Desentrañar estas posibles causas puede ayudarnos a comprender mejor sus luchas cotidianas.

3. Entrenar las habilidades de regulación de las emociones

Aprender habilidades de regulación de las emociones requiere perseverancia, paciencia y práctica. Algunos principios fundamentales para enseñar a los niños a manejar los grandes sentimientos (también conocidos como “habilidades de manejo de la ira”) de manera adecuada incluyen:

  • Como cualquier habilidad, debemos ayudar a nuestros hijos a practicarla fuera de los momentos en que estén enojados. Es como andar en bicicleta. No esperaría que su hijo de repente se subiera a una bicicleta y participara en el Tour de Francia.
  • Hágale saber a su hijo por qué está practicando estas habilidades.
  • Hazlo lo más creativo y divertido posible.
  • Utilice ejemplos apropiados para su edad sobre cómo maneja la ira y las habilidades que utiliza. Asegúrese de usarlos cuando realmente se sienta enojado para modelarle a su hijo qué hacer cuando se sienta enojado.
  • Tenga una variedad de herramientas para que su hijo las use y practique cómo liberar la ira de una manera saludable, como respirar lentamente o saltar en un trampolín.
  • Preséntelos ante los primeros signos de enojo y no cuando su hijo haya llegado al punto de ebullición. Será mucho más difícil utilizarlos cuando estén muy enojados que cuando estén un poco frustrados.

Puede enseñarle a su hijo habilidades para gestionar sus emociones intensas y calmar su sistema nervioso. Mi artículo sobre cómo calmar a un niño ansioso o con pánico le muestra algunas estrategias brillantes. Es importante pensar en el papel que la ansiedad puede desempeñar en la ira de su hijo durante la adolescencia. Lea mi artículo sobre el vínculo entre la ira y la ansiedad para ayudarle a comprenderlo mejor.

4. Maneje el comportamiento de ira de manera efectiva utilizando estrategias proactivas

Es fundamental que tenga un sistema claro y consistente para manejar los problemas de ira de su hijo adolescente de manera positiva. Les ayudará a mantener la calma y el control.

La constancia es tu mejor amiga cuando manejas los mares tormentosos de la adolescencia. Establecer expectativas claras y justas respecto de los comportamientos.

Por ejemplo, el sistema de “Semáforos” es una forma visual sencilla de apoyar el comportamiento positivo. Puede leer sobre cómo utilizar el sistema de semáforos aquí. El componente clave para gestionar el comportamiento con éxito incluye:

a) Consistencia

Su adolescente debe saber exactamente qué esperar en términos de consecuencias si adopta un comportamiento no deseado, como lastimar físicamente a otros.

Si logran mantener la calma o evitar hacer algo que hubiera lastimado o molestado a otros, observe esto y etiquete su autocontrol. Por ejemplo, “Puedo ver que te resultó muy difícil no perder los estribos y me impresionó mucho tu autocontrol”.

b) Perserverancia

Si ha decidido adoptar un enfoque particular para abordar un comportamiento y no muestra resultados de inmediato, es fundamental ser coherente. Esto le comunica a su hijo adolescente que usted está comprometido a guiarlo.

Por ejemplo, si su adolescente llega tarde a casa sin avisarle, puede decidir limitar su toque de queda de fin de semana por un tiempo.

Inicialmente, podrían resistirse, argumentando que es injusto o demasiado estricto.

Sin embargo, con una aplicación consistente, eventualmente reconocerán que una comunicación responsable podría prevenir estas restricciones.

Con el tiempo, es probable que notes una mejora en sus hábitos de comunicación.

C) Sencillez

Tanto para los adolescentes como para los padres, la claridad es crucial.

Todos los involucrados deben entender claramente qué constituyen expresiones inapropiadas de ira y las posibles repercusiones.

Asimismo, deben ser conscientes de los comportamientos positivos esperados y del apoyo que pueden esperar cuando se exhiben esos comportamientos.

Por ejemplo:

«Si…