Tarro de preocupaciones gratuito imprimible para niños: cómo manejar los grandes sentimientos

Autor: Dra. Lucy Russell, Psicóloga Clínica

Un frasco de preocupaciones imprimible: una imagen visualmente atractiva de un frasco que puede imprimir (y laminar si lo desea). La idea es anotar en pequeños trozos de papel cualquier inquietud o inquietud y colocarlas en el “frasco”.

Luego, asigne un “tiempo de preocupación” específico cada día. Durante este tiempo tu hijo saca las notas y aborda cada preocupación contigo.

Esta estructura y rutina regulares desarrollan una forma saludable de procesar y gestionar la preocupación.

A lo largo de los años como psicóloga, he perdido la cuenta de la cantidad de veces que he usado frascos de preocupaciones para ayudar a los niños con sus emociones.

¡A veces las estrategias más simples son las mejores! Es por eso que he creado una hoja de trabajo imprimible sobre el frasco de preocupaciones como un folleto útil para que le resulte más fácil practicar esta técnica con su hijo.

El frasco de preocupaciones imprimible le da a su hijo una sensación de control sobre las emociones difíciles y, con el tiempo, le inculcará una habilidad vital para la vida: La capacidad de compartimentar y gestionar la preocupación separándola deliberadamente de su mente.

Esto tendrá efectos positivos duraderos en el bienestar mental y emocional. ¡Es una victoria total!

Hoja de trabajo del tarro de preocupaciones para imprimir gratis

Descargue aquí su PDF imprimible gratuito

Descargue su frasco de preocupaciones imprimible gratis para ayudar a su hijo a manejar con éxito sus grandes emociones y su desorden mental. Estas hojas de trabajo imprimibles son una excelente manera de involucrar a niños ansiosos de todas las edades en una actividad reflexiva pero práctica de atención plena.

¡Imprima los frascos de preocupaciones para imprimir de forma gratuita en la página 5 y las “hojas de preocupaciones” en la página 4 tantas veces como desee!

Cómo utilizar las hojas de trabajo de su tarro de preocupaciones

  1. Empiece por explicarle a su hijo qué es un tarro de preocupaciones y cómo puede ayudarle a gestionar sus preocupaciones y emociones fuertes.
  2. Imprima la hoja de trabajo del tarro de preocupaciones y entréguesela a su hijo.
  3. Ayude a su hijo a recortar las hojas de preocupación que se proporcionan en la hoja de trabajo. Pídale a su hijo que escriba o dibuje sus preocupaciones en las hojas. Anímelos a ser lo más específicos posible.
  4. Una vez que su hijo haya escrito sus preocupaciones y haya cortado las hojas, use pegamento para colocar las hojas de preocupaciones “dentro” del frasco de preocupaciones.
  5. Explíquele a su hijo que el frasco de preocupaciones es un lugar seguro para guardar sus preocupaciones. Guarde la hoja de trabajo en un lugar seguro. Pueden dejar las preocupaciones aquí y no necesitan mantenerlas dentro de sus cabezas. Explíqueles que pueden volver a él cuando lo necesiten.
  6. Anime a su hijo a hablar con usted sobre sus preocupaciones y emociones, y recuérdele que está bien sentirse ansioso o molesto a veces (consulte las instrucciones para el momento de preocuparse a continuación).
  7. Repita el ejercicio del tarro de preocupaciones al menos una vez a la semana. Tómese el tiempo para recordar preocupaciones anteriores y reflexionar sobre lo que ha sucedido con estas preocupaciones. ¿Se fueron? ¿Se encogieron? Utilice la hoja de trabajo del tarro de preocupaciones como herramienta para mantener conversaciones continuas con su hijo sobre sus emociones y cómo manejarlas de la manera más útil.

Manejar los grandes sentimientos: ayude a su hijo a procesar las preocupaciones

Si su hijo decide compartir el contenido del frasco de preocupaciones con usted, es vital que lo apoye para que explore sus sentimientos sin juzgarlo. Por supuesto, los niños mayores pueden preferir reflexionar solos sobre sus preocupaciones y es importante respetar esto. Ya sea que compartan o no, con el tiempo esta práctica ayudará a su hijo a desarrollar hábitos emocionales saludables y a afrontar sentimientos como la ansiedad de una manera constructiva.

Los niños pequeños necesitan su apoyo y paciencia mientras aprenden a manejar sus emociones. Los frascos de preocupaciones pueden ser invaluables como herramienta para apoyar el bienestar emocional e idealmente deberían usarse junto con conversaciones afectuosas y escucha activa. Estás ayudando a tu hijo a desarrollar las herramientas que necesita para manejar sus emociones y crear un espacio mental saludable.

Crear un tarro de preocupaciones físicas

Su hijo también podría crear un frasco físico de preocupaciones como contenedor para sus preocupaciones. Convierta esto en una actividad artesanal consciente. Simplemente el proceso de escribir (o dibujar) ayuda a su hijo a nombrar y procesar sus emociones. A medida que colocan la preocupación en el frasco, aprenden a dejar de lado mentalmente los pensamientos ansiosos.

Elija un contenedor adecuado

Para crear el propio frasco de preocupaciones de su hijo, comience seleccionando un recipiente apropiado. Este puede ser un frasco de vidrio o plástico, con tapa para guardar de forma segura sus inquietudes. Asegúrese de que el contenedor esté limpio y vacío, sin etiquetas ni residuos.

Preparando el frasco

A continuación, pueden personalizar el frasco de preocupaciones decorándolo de una manera que exprese su identidad. Es posible que quieran pintarlo, cubrirlo con pegatinas o escribir citas inspiradoras o palabras reconfortantes. Este paso es opcional pero puede ayudar a que el frasco se sienta más especial y personal.

Llenar y vaciar el frasco

Ahora que su frasco de preocupaciones está preparado, su hijo puede comenzar a llenarlo con sus preocupaciones. Al igual que con la hoja de trabajo del frasco de preocupaciones, su hijo escribe cada preocupación en una hoja de papel, la dobla y luego la coloca en el frasco. Esto les ayuda a reconocer y exteriorizar el pensamiento, lo que les permite soltar la carga temporalmente y escapar mentalmente de la preocupación.

Cuando llegue el momento de vaciar el frasco, elija un “momento de preocupación” designado durante el cual usted y su hijo puedan leer sus inquietudes y determinar si aún son relevantes (ver más abajo). Muchas preocupaciones pierden su significado con el tiempo, lo que ahora quedará claro al revisar el contenido del frasco.

Comprométete a revisar y vaciar periódicamente el frasco de preocupaciones, tal vez semanalmente o mensualmente. Esto ayuda a su hijo a obtener una perspectiva de sus preocupaciones, gestionar mejor el estrés y mantener un estado mental y emocional más saludable en general.

El frasco de preocupaciones es una herramienta personal para la autorreflexión y el crecimiento emocional. Mientras crea, llena y vacía su frasco, tenga en cuenta el progreso que está haciendo su hijo hacia una mentalidad más equilibrada y resiliente.

Uso exitoso de un Worry Jar junto con el «Worry Time»

La importancia del tiempo de preocupación

El tiempo de preocupación es una herramienta increíble que los profesionales de la salud mental (¡incluyéndome a mí!) recomendamos regularmente para ayudar a los niños a afrontar los pensamientos ansiosos. Es una excelente manera de brindarle un espacio seguro para que su hijo exprese sus “grandes sentimientos” y alivie la ansiedad dedicando un período específico del día a concentrarse en sus preocupaciones. Recomendé dedicar entre 10 y 20 minutos a la preocupación cada día.

Resumen: Cómo pasar el tiempo de preocupación con su hijo

Para utilizar Worry Time de forma eficaz con su hijo, siga estos sencillos pasos:

  1. Programe un espacio consistente: Elija un período adecuado durante el día (preferiblemente no justo antes de acostarse) para preocuparse y asegúrese de que su hijo sepa el horario designado.
  2. Crea un frasco de preocupaciones: Junto con su hijo, cree un frasco de preocupaciones donde pueda anotar sus inquietudes y guardarlas hasta el momento de preocuparse.
  3. Establecer un temporizador: Durante el tiempo de preocupación, configure un cronómetro de 10 a 20 minutos, lo que le permitirá a su hijo concentrarse completamente en sus preocupaciones sin exagerar.
  4. Discutir preocupaciones: Anime a su hijo a abrir el frasco de preocupaciones y leer lo que ha escrito. Pregúnteles cómo se sienten y si tienen algún plan viable para manejar sus inquietudes. Si el problema tiene solución, pueden crear juntos un plan de acción sencillo. Si no es así, concéntrese en sentir empatía por los sentimientos de su hijo. Es posible que no pueda “resolver” la preocupación. Esta bien. Su hijo se sentirá escuchado y comprendido y su subconsciente se pondrá a trabajar procesando y gestionando la preocupación a un nivel más profundo.
  5. Deja las preocupaciones a un lado: Cuando suene el cronómetro, decidan juntos qué preocupaciones volverá a poner su hijo en el frasco. Puedes volver a las preocupaciones restantes la próxima vez.

Espacios seguros para pensamientos ansiosos

La combinación de un frasco de preocupaciones y un tiempo de preocupación crea un espacio seguro para que su hijo exprese y procese sus pensamientos ansiosos de manera controlada y contenida. Esta habilidad de afrontamiento les permite afrontar la ansiedad y les proporciona un paso práctico para gestionar sus emociones.

Enseñarle a su hijo a usar el frasco de preocupaciones y el tiempo de preocupación es una manera fantástica de practicar la comunicación abierta y desarrollar la resiliencia emocional.

Ejemplo del tarro de preocupaciones: MaeLynn

Puede ver el frasco de preocupaciones de MaeLynn dentro de la hoja de trabajo del cuadro de preocupaciones.

MaeLynn estaba luchando con varias preocupaciones que afectaban su vida diaria. Su madre notó que estaba cada vez más ansiosa e infeliz, por lo que decidió presentarle el concepto de caja de preocupaciones. Juntos, imprimieron la hoja de trabajo del cuadro de preocupaciones y recortaron las “hojas de preocupaciones” en blanco.

La primera preocupación que tuvo MaeLynn fue que su amiga Sophia dejara de querer ser su amiga. La madre de MaeLynn la animó a escribir esta preocupación en una hoja de papel y pegarla en la caja de preocupaciones. Luego hablaron sobre formas de abordar la preocupación, como hablar con Sophia sobre cómo se sentía. MaeLynn se sintió mucho mejor después de dejar su preocupación en la caja y hablar de ello con su madre.

La segunda preocupación que tenía MaeLynn era que alguien pudiera entrar a su casa y lastimarla. La madre de MaeLynn le aseguró que viven en un área segura, cierran puertas y ventanas con llave y que esa era una preocupación que podía quitarle de las manos a MaeLynn. MaeLynn se sintió tranquila y menos ansiosa después de dejar su preocupación en la caja. La preocupación no desapareció por completo, pero se redujo lo suficiente como para que ella pudiera dormir mejor.

La tercera preocupación que tenía MaeLynn era que no podría afrontar el viaje escolar y querría volver a casa. Hablaron sobre formas de controlar su ansiedad, como ejercicios de respiración, diálogo interno positivo y creación de un plan de apoyo con la maestra de MaeLynn, la Sra. Smart. MaeLynn se sintió mucho más segura como resultado de dejar su preocupación en la caja y hablar sobre ello. Su madre planteó el problema a la señora Smart y crearon un plan de apoyo enriquecedor para el viaje escolar.

La cuarta preocupación que tenía MaeLynn era meterse en problemas en la escuela por ser mandona. La madre de MaeLynn ayudó a MaeLynn a practicar sus habilidades para escuchar y turnarse. Ayudó a MaeLynn a comprender cuándo dejar que los demás expresaran su opinión. También redefinieron “mandón” por “asertivo” y hablaron sobre los beneficios de ser asertivo. Por ejemplo, otros niños suelen admirar a otros niños que son líderes naturales. MaeLynn se sintió mucho más en control después de escribir y discutir esta preocupación, y se sintió bien con sus habilidades de asertividad.

En general, la caja de preocupaciones fue una herramienta útil para que MaeLynn y su madre exploraran y manejaran juntas sus preocupaciones. Al poner sus preocupaciones en una caja y hablar sobre ellas, MaeLynn se sintió escuchada y apoyada, y su madre pudo brindarle estrategias prácticas para controlar su ansiedad.

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