En la novela El señor de las moscas, de William Golding, Simon es el personaje más poderoso. Aunque es pacífico y tímido, Simón se parece mucho al papel de Cristo en muchos de sus aspectos.
Intenta mostrarles a los niños que no hay ningún monstruo en la isla excepto los miedos que los niños han creado en sus mentes. Durante una reunión, Simón comparte lo que él cree que es la verdad al decir que la bestia: «Somos sólo nosotros».
Cuando hace este anuncio, los niños se burlan de él: “La risa lo golpeó cruelmente y se retiró indefenso a su asiento”. Este es un extraño paralelo con el malentendido con el que Cristo tuvo que lidiar.
Más adelante en la historia, los cazadores salvajes persiguen a un cerdo. Una vez que matan al cerdo, le ponen la cabeza en un palo y Simon experimenta una epifanía en la que llega a comprender la verdad de su teoría.
Mientras Simon corre hacia la fogata, “tropezando en la arena espesa”, para contar su descubrimiento a los niños, lo golpean en el costado con una lanza, su profecía es rechazada y la palabra que deseaba difundir es ignorada.
Simón cae al suelo y muere. La descripción de su muerte, la manera en que murió y la causa por la cual murió son notablemente similares a las circunstancias de la vida y muerte final de Cristo.
La principal diferencia es que Cristo murió en la cruz, mientras que Simón fue atravesado con una lanza. Sin embargo, un lector familiarizado con la Biblia tal vez recuerde que Cristo fue apuñalado en el costado con una lanza antes de su crucifixión. Un vínculo con el mundo exterior En la novela El señor de las moscas, escrita por William Golding, una gran concha marina en forma de espiral, conocida como caracola, se volvió crucial para la sociedad desarrollada por los niños supervivientes.
De manera similar, en la mitología griega Tritón, el hijo de Neptuno, usa la caracola para agitar o calmar los mares. Aquí, Ralph, siguiendo las instrucciones de Piggy, usa el caparazón para someter y controlar los espíritus animales de los niños. Viviendo en una pequeña isla sin nombre, sin figuras adultas, la caracola se convirtió en su símbolo de autoridad.
La influencia de la caracola mantuvo vivas las esperanzas de los niños de ser rescatados, pues les recordaba el orden que había en el mundo de donde habían venido. Parecía ser el único vínculo con el mundo del orden y la civilización.
Los acontecimientos que acompañaron el hallazgo de la caracola comenzaron cuando Ralph fue nombrado jefe de la isla porque fue el primer niño en soplar en ella, “haciendo un ruido de mugido”, llamó a la primera reunión.
Luego vino la regla: «Quien sostuviera la caracola podía hablar». Esto dio cierta organización y estructura a las reuniones. Pronto la pequeña sociedad comenzó a separarse y el caos se convirtió en la consecuencia.
Como resultado de la confusión y la violencia en la sociedad, “La caracola explotó en mil fragmentos blancos”, acompañado de la muerte de Piggy. La destrucción de la caracola parecía significar el fin de todos sus vínculos con el mundo exterior y el comienzo del reinado de los salvajes.
Como dijo Jack: “¡Ya no existe una tribu para ti! La caracola se ha ido”.