La explicación de Carl Jung para los arquetipos que surgen en la literatura cultural y religiosa es que son producto de lo que él llama inconsciente colectivo. Ese hilo de conciencia conecta a todos los seres humanos y culturas del mundo.
Sin embargo, no es visible a simple vista; hay que buscar sus signos investigando culturas desaparecidas hace mucho tiempo y comparándolas entre sí y con la nuestra. Su estudio nos recuerda que todos los humanos están unidos por una fuente común.
El “Tramposo” es un arquetipo que aparece en muchas historias culturales y religiosas. Cada embaucador es único en su propia cultura, pero todos los embaucadores están sujetos a ciertas características sin importar en qué religión se presenten.
Los antropólogos dirían que cada embaucador debería ser evaluado en su propio entorno cultural, pero para ver su valor arquetípico, deben ser y pueden ser evaluados como grupo.
Jung diría que es una manifestación de nuestro propio inconsciente colectivo. El psicólogo John Laynard encontró pruebas que respaldan tal afirmación.
En su investigación sobre la esquizofrenia descubrió que en esta enfermedad afloraban las cualidades del embaucador (p.54 Euba). Esto sugiere que el Tramposo está dentro de todos nosotros, sentado en el límite del pensamiento consciente e inconsciente.
Entonces, ¿quién es este Tramposo? Tiene muchas formas tanto humanas como animales. Su forma física parece ser particular de cada religión. La mejor manera de ver a un embaucador es por su personalidad. “Admirado, amado, venerado por sus méritos y virtudes, se le representa como ladrón, mentiroso, parricida, incestuoso y caníbal.
El bromista malicioso es engañado por casi cualquiera; el inventor de ingeniosas estratagemas es presentado como un idiota; el maestro del poder mágico a veces es incapaz de liberarse de los dilemas”. (p.67 Hynes y Doty). El embaucador parece una comedia de opuestos.
Por cada aspecto bueno de su persona, existe un aspecto igual y opuesto. En las historias religiosas, su papel es muy diverso. Él es quien rompe los tabúes. Proporciona un alivio cómico a un mito religioso. Y llevará a cabo elaborados planes para enseñar una lección moral o exponer la locura de los hombres.
El Tramposo comparte muchos atributos con el hombre. En las historias de los nativos americanos, toma la forma del coyote. Está ligado a la tierra, como el hombre, pero intenta constantemente trascender este destino. Siempre está intentando volar (que es el signo de un dios para los nativos americanos) con consecuencias desastrosas.
Por mucho que lo intente no puede escapar de la condición humana. Quizás estas historias estén destinadas a enseñar a los nativos americanos a no aspirar a ser nada más que humanos.
El Tramposo puede verse como una parodia del Chamán o el líder espiritual de la tribu. El chamán busca su fuerza en lo sobrenatural, mientras que el coyote confía en su propio ingenio.
El coyote siempre está buscando un atajo. A través de la meditación, se dice que el chamán puede volar. Este es un signo de su divinidad. El coyote siempre tiene un elaborado plan para volar, como hacer autostop con un buitre, pero el final es siempre el mismo. (p.87 Hynes y Doty)
¿Te suena familiar este personaje? Millones de niños crecieron con este mismo personaje, pero lo conocíamos como Wile Coyote. El personaje de los Looney Toons siempre estuvo detrás del Correcaminos.
Sus creadores estaban interesados en el valor cómico que veían en las historias de los nativos americanos y lo adaptaron a una caricatura. A Wile se le ocurrían algunos planes elaborados, pero al final, el resultado era siempre el mismo. La larga caída desde el acantilado hasta el suelo.
El Tramposo de la mitología griega era un dios llamado Hermes. Una vez más vemos una especie de puente entre el hombre medio y los dioses. Hermes es el único Dios en la mitología griega que nace de una ninfa (un mortal). También en Hermes vemos el tema recurrente de la huida. Se dice que Hermes tiene alas a ambos lados de la cabeza.
En la cultura griega, Hermes es visto como un patrón de roles de facilitación en lugar de roles de mando (p.48 Hynes y Doty). Se exhibieron iconos de Hermes frente a las casas y donde se cruzan las carreteras. Se le ve como alguien que guía a las personas en transición. Las historias sobre él también proporcionan un alivio cómico y lo convierten en uno de los dioses favoritos de los griegos.
En África, el Tramposo que encontramos se llama Esu. Esu es un gran satírico y siempre se le culpa cuando la vida le juega una mala pasada al pueblo africano. Esu también es excelente para exponer las locuras del hombre. En una historia, dos agricultores que viven uno al lado del otro deciden hacer un pacto por el que nunca volverán a discutir entre ellos porque son muy buenos amigos.
Un día Esu se puso un sombrero negro por un lado y blanco por el otro. Luego camina entre los dos granjeros. Luego, los agricultores proceden a discutir sobre el color del sombrero que lleva Esu. Después de haber peleado por un tiempo, Esu regresa y les muestra que ambos están equivocados con respecto al sombrero. Le da la vuelta al sombrero y les muestra que es rojo. (p.54 Euba)
Esu, tanto simbólicamente como mediante el ridículo, muestra a los agricultores su error. Una vez más vemos al embaucador (ya sea con el ejemplo o engañando a los seres humanos) diciéndole a la gente que no se enorgullezcan demasiado de sí mismos ni piensen que de alguna manera son invulnerables de una forma u otra.
Bibliografía
1. “Figuras míticas de embaucadores”, William J. Hynes y William G. Doty
(c) 1993 Prensa de la Universidad de Alabama; Tuscaloosa, Alabama
2. “Arquetipos, Imprecadores y Víctimas del Destino”, Femi Euba
(c) Prensa Greenwood de 1989; Nueva York, Nueva York